Como terapeuta holístico con varios años de experiencia, uno de los aprendizajes más
difíciles y liberadores que he adquirido es este:
no se puede salvar a todos, y mucho menos a quien no quiere ser salvado.
Esta lección ha sido clave en mi desarrollo profesional y personal, y es algo
que quiero compartir contigo, porque sé que es una situación con la que muchos
de mis consultantes y colegas pueden identificarse.

El desafío de soltar el deseo de ayudar a todos.
Desde mi posición como facilitador de sanación, he visto cómo muchas personas,
especialmente aquellas que son empáticas, se ven atrapadas en el ciclo de
querer salvar a los demás, incluso a aquellos que claramente no desean ser
ayudados. Este es un proceso que, aunque desafiante, trae consigo una valiosa
lección: cada persona tiene su propio camino, y no todos están listos
para salir de sus sombras.
Piensa en esa situación en la que intentaste ayudar a un amigo, alguien que
sabías que se beneficiaría enormemente de un apoyo, pero que nunca parecía
dispuesto a tomar las riendas de su proceso de sanación. Esa falta de
compromiso, ya sea a través de excusas o desinterés, termina generando una
gran frustración.
Pero aquí es donde radica la enseñanza más profunda: no todos pueden o desean ser salvados, y eso también es perfecto. Reconocerlo no solo libera a la persona que intenta ayudar, sino que también honra el libre albedrío y el proceso personal de cada individuo.
Dos tipos de personas en el camino de sanación
En mi experiencia atendiendo a personas de diferentes lugares, he identificado dos grandes grupos que se presentan en las sesiones holísticas:
- Las personas comprometidas: Estas son aquellas que desean y están dispuestas a trabajar para sentirse mejor. Saben que el proceso de sanación es un camino que requiere esfuerzo, tiempo y compromiso personal.
- Las personas que buscan una solución externa: Este grupo deposita la responsabilidad completa en el facilitador. Piensan que el terapeuta tiene el deber de “sanarlos” en una sola sesión, sin hacer un esfuerzo real por su parte.
Resultados: Compromiso versus expectativas
La diferencia entre estos dos grupos se refleja claramente en los resultados que experimentan después de una sesión:
- El primer grupo experimenta cambios profundos. Al estar comprometidos, sienten una transformación interna que no solo les permite sentirse mejor, sino que también provoca cambios positivos en su entorno y su vida en general.
- El segundo grupo, en cambio, espera que una sesión de 30 minutos solucione una vida entera de traumas. Su expectativa es que, por haber pagado una sesión, el facilitador está obligado a sanarles por completo. Lamentablemente, estas personas rara vez experimentan un cambio significativo, ya que no han asumido su parte del proceso.
Reflexión final: El poder del libre albedrío
Es esencial comprender que el proceso de sanación es una responsabilidad
compartida entre el facilitador y el consultante. El terapeuta puede guiar, ofrecer
herramientas y proporcionar un espacio seguro para la transformación, pero la
verdadera sanación solo ocurre cuando la persona está dispuesta a comprometerse
y participar activamente en su propio proceso.
Tips para tu propio camino de sanación
1.Comprométete con tu proceso: El verdadero cambio ocurre cuando decides ser parte activa de tu transformación. Las sesiones holísticas son una gran herramienta, pero el compromiso personal es clave.
2.Deja ir las expectativas rápidas: La sanación es un proceso. No busques soluciones instantáneas. Cada sesión es un paso hacia tu bienestar, y esos pasos, aunque pequeños, son poderosos.
3.Abre tu corazón y tu mente: Estar abierto a nuevas experiencias y enfoques es fundamental para permitir que las energías trabajen a tu favor.
¿Estás listo para dar el primer paso?
Si te sientes preparado para comprometerte con tu sanación, te invito a que reserves una sesión conmigo. Juntos podemos trabajar para desbloquear las barreras que te impiden avanzar y ayudarte a reconectar con tu verdadero ser.
Agenda tu próxima sesión y comenzar tu camino hacia una vida más equilibrada y plena.
Recuerda, la sanación es un viaje, y tú tienes el poder de empezar hoy
mismo.
¡Te espero!